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¿Por Qué Caminar Es La Mejor Manera e Descubrir un Destino?

En un mundo donde el turismo sostenible y las experiencias auténticas ganan cada vez más relevancia, **caminar** se convierte en una de las formas más simples y poderosas de conectar con un lugar, su cultura y su gente. No se trata solo de moverte de un punto a otro; se trata de vivir el viaje con todos tus sentidos.

Aquí te damos 10 razones por las cuales caminar debería ser parte esencial de tu próxima aventura, basadas en evidencia científica y en la campaña “Let’s Get Moving!” de la Organización Mundial de la Salud y el Programa Pan-Europeo de Transporte, Salud y Medio Ambiente.

 

1. Mejora tu salud física sin esfuerzo

Caminar regularmente fortalece músculos, mejora el equilibrio y ayuda a mantener un peso saludable. Según la OMS, con solo 30 minutos al día reduces significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 e incluso algunos tipos de cáncer.

«Caminar es la mejor medicina del hombre.” – Hipócrates*

 

2. Cuida tu mente mientras exploras

Caminar no solo ejercita el cuerpo, también despeja la mente. Está comprobado que reduce la ansiedad, mejora el estado de ánimo y hasta disminuye el riesgo de depresión. ¿Qué mejor manera de desconectar del estrés que recorriendo un nuevo paisaje?

3. Descubres lo que otros no ven

Al caminar, tienes la libertad de detenerte en ese callejón lleno de murales, en ese pequeño café local o en ese mirador escondido. Caminar te permite descubrir los tesoros ocultos que el transporte motorizado simplemente pasa por alto.

4. Es una forma sostenible de viajar

Al elegir caminar, reduces tu huella de carbono, contribuyes a un aire más limpio y apoyas la preservación de los espacios naturales. Un turista que camina es un turista que cuida el destino que visita.

5. Favorece la economía local

Los peatones tienden a gastar más en comercios locales que quienes se desplazan en auto. Al caminar, es más probable que te detengas en una tienda de artesanías, en un mercado callejero o en un restaurante familiar.

6. Te hace parte de la comunidad

Caminar te permite conectar con la esencia de un lugar y su gente. Faculta la interacción espontánea, el intercambio cultural y la sensación de pertenencia, aunque sea por unos días.

7. Es gratis y accesible

No necesitas equipamiento especial, ni combustible, ni tickets. Solo un par de zapatos cómodos y ganas de explorar. Es la forma de transporte más democrática que existe.

8. Mejora tu creatividad y tu mirada

Caminar estimula el pensamiento creativo y te ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva. Es ideal para viajeros, fotógrafos, escritores o cualquier persona que busque inspiración.

9. Es seguro y resiliente

En situaciones de congestión, restricciones de transporte o incluso emergencias, caminar siempre es una opción viable. Además, entre más peatones hay en las calles, más seguras se vuelven.

10. Llegas renovado, no estresado

Terminar el día caminando te ayuda a desconectar del ritmo acelerado y a llegar a tu alojamiento con la mente clara y el corazón liviano. Sin tráfico, sin esperas, solo tú y el camino.

 

¿Listo para caminar?

Incluir caminatas en tu itinerario no solo enriquecerá tu experiencia viajera, sino que también aportará a tu bienestar y al cuidado de los destinos que visitas. Como bien dijo el escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe:

“Solo has estado realmente en los lugares donde has estado a pie.”

Si quieres conocer más sobre los beneficios de caminar y cómo integrarlo en tus viajes y vida diaria, te invitamos a explorar el Pan-European Master Plan on Walking, una iniciativa respaldada por la OMS y Naciones Unidas.

 

¿Te animas a ponerte en marcha?
LetsGetMoving 

 

 

Caminando sobre el Tiempo: La Ruta que Conecta Fósiles, Guanes y la Resiliencia Humana

Caminando sobre el Tiempo: La Ruta que Conecta Fósiles, Guanes y la Resiliencia Humana

Descubre por qué el sendero Barichara – Jordán – Los Santos no es solo una caminata, sino un viaje a través de 200 millones de años de historia terrestre y humana.

Alto del viento
Alto del viento

Cada paso en este camino pisa donde alguna vez hubo un mar jurásico, donde caminaron los Guanes, y donde se escribió una de las páginas más duras de la Colombia del siglo XX. Esta no es una caminata cualquiera: es una inmersión en la memoria viva de la Tierra.

¿Sabías que el Cañón del Chicamocha está dentro del ‘Nido Sísmico de Bucaramanga’, una de las zonas con mayor actividad sísmica superficial del planeta? Cada uno de estos ‘micro-temblores’ nos recuerda que estamos en un territorio geológicamente vivo y en constante transformación.

Fósil de bivalvo o concha
Fósil de bivalvo o concha

¿Sabías que el Cañón del Chicamocha es uno de los pocos lugares del mundo donde puedes ver claramente las diferentes eras geológicas apiladas como las páginas de un libro abierto?

  • Las rocas de la base (Proterozoico) son más antiguas que la vida compleja en la Tierra, con más de 500 millones de años.
  • Las capas medias de arenisca roja (Jurásico) son la arena de antiguos desiertos, del tiempo de los primeros dinosaurios.
  • Los fósiles de amonitas y conchas en la Formación Paja (Cretácico) nos muestran que todo esto fue un mar prehistórico lleno de vida.
  • El «Nido Sísmico de Bucaramanga», uno de los lugares con mayor densidad de sismos superficiales del planeta, nos recuerda que este no es un paisaje muerto. Es un territorio geológicamente vivo, que aún hoy se está moldeando frente a nuestros ojos. Cada pequeño temblor es un recordatorio de las fuerzas titánicas que crearon este paisaje épico.
Cañón del Chicamocha
Cañón del Chicamocha

En el Cañón del Chicamocha puedes ver claramente las diferentes eras geológicas apiladas como las páginas de un libro. Es uno de los pocos lugares del mundo donde 200 millones de años de historia terrestre están expuestos a simple vista.

Los Guanes: Los Genios Olvidados de Santander

Los antepasados guanes eran un pueblo indígena que habitó la región del cañón del Chicamocha en Santander
Los antepasados guanes eran un pueblo indígena que habitó la región del cañón del Chicamocha en Santander

Imagina esto: siglos antes de que existieran carreteras o mapas digitales, una civilización ya había diseñado los caminos más eficientes por estas montañas. Esa no era una tribu «primitiva», sino los Guanes, los primeros y más ingeniosos habitantes del Cañón del Chicamocha.

Pensar en ellos como simples habitantes del pasado es quedarse muy corto. Ellos fueron:

Cañón del Chicamocha
Cañón del Chicamocha

Los Primeros Ingenieros de Caminos

¿El famoso y empedrado Camino de Geo von Lengerke que tanto admiramos? ¡Su trazado original es herencia Guane! Ellos supieron «leer» el terreno con una sabiduría impresionante, diseñando rutas que han resistido el paso de los siglos.

Fique: Es un tipo de agave, comúnmente conocido como maguey o pita.
Fique: Es un tipo de agave, comúnmente conocido como maguey o pita.

Los Tejedores Más Avanzados de su Tiempo

Sus mochilas no eran simples bolsas. ¡Eran obras de ingeniería textil

Las elaboraban con fibra de fique y algodón, usando una técnica misteriosa llamada «sprang». El resultado era una tela elástica y súper resistente – algo revolucionario para su época. Pero su ingenio no terminaba ahí… Esta misma fibra de fique era tan resistente que también la usaron para crear los primeros sistemas de puentes colgantes (¡las famosas «tarabitas»!), demostrando que los Guanes no solo eran tejedores expertos, sino también ingenieros innovadores. Hoy, este legado sigue vivo. En la Escuela Taller de Barichara junto con los artesanos mantienen viva la tradición, tejiendo con las mismas fibras naturales y descifrando los secretos que los Guanes dominaban a la perfección..

Hormiga Culona - Atta laevigata
Hormiga Culona – Atta laevigata

Nutricionistas Originales

¿Te suena la hormiga culona?

Para los Guanes no era una curiosidad, sino un superalimento. Ellos descubrieron su alto valor proteico mucho antes de que existieran los nutricionistas, demostrando un conocimiento profundo y práctico de los recursos de su tierra.

La recolectaban en familia y la usaban en rituales especiales, como ofrenda en bodas. ¡Un alimento que unía a la comunidad y conectaba con la tierra!

Su legado no es cosa del pasado. Está VIVO aquí y ahora:

  • En los petroglifos (dibujos en piedra) que aún encuentras en el camino, como mensajes secretos del pasado.
  • En las casas de bahareque (una mezcla de barro y caña) que siguen en pie, frescas y resistentes.
  • En el espíritu de un pueblo que, como los Guanes, aprendió a vivir en armonía con este paisaje agreste.
En el Cañón del Chicamocha florece el bosque seco tropical
En el Cañón del Chicamocha florece el bosque seco tropical

La próxima vez que camines por estos senderos, recuerda: no estás siguiendo solo una ruta turística. Estás pisando la huella de una civilación brillante que convirtió este cañón en su hogar.

En los años 50, este mismo camino que hoy recorremos con admiración, era la línea invisible que separaba a liberales de Barichara y conservadores de Villanueva. Las trincheras que aún se ven en las ventanas de las casas no son detalles arquitectónicos: son cicatrices de una guerra que dividió hermanos.

Caminantes que Le Están Metiendo la Ficha a Santander Desde el Sudor y las Ideas

Caminantes que Le Están Metiendo la Ficha a Santander Desde el Sudor y las Ideas

Caminantes que Le Están Metiendo la Ficha a Santander Desde el Sudor y las Ideas

A ver, seamos honestos. Cuando uno piensa en «desarrollo sostenible» o «turismo consciente» en Colombia, lo primero que se viene a la cabeza son discursos empaquetados y proyectos que rara vez tocan la tierra. Pero en los Andes Orientales de Santander, hay una vaina que se está cocinando diferente. No es en oficinas con aire acondicionado. Es con botas empolvadas, con el sudor de la gente que realmente vive ahí. Se llama «La Escuela de Caminantes», y están armando una verdadera revolución silenciosa, desde el barro.

Olvídate del Greenwashing y las fotos de stock. La Escuela de Caminantes no es una fundación más que aterriza con un montón de plata de afuera para «salvar» a la gente. No. Aquí la vaina es al revés: la plata, si llega, es para encender las ideas que ya brotan de los colectivos, los investigadores locales y las familias de la región. Sí, leíste bien: los mismos que siembran la tierra, que conocen cada curva de esos caminos, son los que están diseñando el futuro.

Esto no es un show para turistas. Es una movida real para que la gente de aquí sea la protagonista. La gente de allá abajo, la que se levanta a las 4 AM, la que tiene el saber ancestral, la que ha visto cómo el «progreso» a veces es una patada en la cara, esa gente es la que está poniendo las ideas sobre la mesa.

LOS FRENTES DE GUERRA (Porque esto es una lucha diaria):

Vamos a meternos un poco para entender qué hacen, la idea tienen tres frentes que son la columna vertebral de su operación:

  1. Caminantes Locales: No están formando «guías turísticos» de cartilla. Están formando «anfitriones conscientes». Gente de la región –jóvenes, adultos– que no solo saben la ruta, sino la historia que hay detrás de cada piedra, cada árbol, cada cicatriz del territorio. Les dan las herramientas para que ellos mismos cuenten su cuento, fortalezcan su liderazgo. Es educación con olor a tierra mojada, no a fotocopia.

  2. Rutas Vivas: Identificamos problemáticas que bloquean el paso. Somos los ojos del sendero que documentan y mapean cada obstáculo, llevando esa información a quienes pueden actuar. Buscamos ser el puente que informa y exige soluciones para que el camino siga abierto y seguro hacia un futuro próspero. Para que ninguna idea se apague ni problema se invisibilice, y para que cada trayecto se convierta en un verdadero destino, necesitamos tu apoyo. Cada peso se traduce en caminos protegidos, experiencias encendidas y soluciones reales. No hay desperdicio.

  3. Vive Territorio: Aquí se concretan las ideas de impacto gestadas por colectivos, investigadores y familias locales de los caminos y pueblos de los Andes Orientales de Santander, Colombia. ‘Vive Territorio’ no ofrece tours prefabricados, sino experiencias auténticas. Son encuentros genuinos donde el visitante no solo consume, sino que aprende, aporta y se conecta. Un turismo que no depreda, sino que deja una huella con un gran sentido. Así, el dinero fluye directo al bolsillo de la gente de ahí, impulsando a quienes transforman su propio entorno.

EL POR QUÉ NOS DEBERÍA IMPORTAR (Y CÓMO NOS METEMOS EN ESTO):

La narrativa es clara: necesitamos que las ideas que nacen de verdad en el territorio sean las que se hagan sostenibles. No las que dictan desde lejos. La contribución de la gente como tú y como yo no es una limosna, es la chispa. Es el combustible para que esos proyectos, que hoy son la realidad de unos pocos valientes, se vuelvan un modelo para muchos.

Porque cuando la gente mejora su realidad con orgullo, con lo que es suyo, con lo que ha construido, esa transformación se riega. Es un efecto dominó que no solo beneficia a Santander, sino que nos da una lección a todos. Es un recordatorio de que la verdadera sostenibilidad empieza en los pies, en las manos y en la cabeza de los que caminan su propia tierra.

[LLAMADA A LA ACCIÓN VICE STYLE]:

No te pido que te creas todo lo que lees. Ve y mira el trabajo de esta gente. Pero si lo que quieres es meterle la ficha a algo real, que no es cuento chino, esta es la vaina. Hay una Vaki (un crowdfunding, para los que no hablan colombiano) abierta. Cada peso que entra ahí, va directo a encender una de esas ideas.

¿Estás listo para dejar de solo hablar de cambio y empezar a ser parte de él? Ponte las botas y apoya a La Escuela de Caminantes.

Manifiesto del camino

Manifiesto del camino

Senderismo con alma en los Andes Orientales de Colombia

Aquí no venimos a correr.
No venimos a vencer la montaña ni a probar nada.
Venimos a caminar.
A estar.
A sentir.

Camina con nosotros quien carga tristeza
y también quien busca algo que no sabe nombrar.
Camina quien ríe, quien teme, quien llora,
quien se cansa y sigue.

Este no es un viaje turístico.
Es un viaje humano.

A veces empezamos en silencio
y terminamos celebrando.
A veces llegamos con dudas
y nos vamos con los ojos llenos de horizonte.

Hemos visto personas llegar tensas
y respirar profundo por primera vez en mucho tiempo.
Hemos escuchado historias compartidas entre piedras,
hemos sentido lágrimas sinceras bajo la lluvia.
Y a veces, sin palabras,
sabemos que algo en nosotros se acomoda al andar.

Aquí nadie guía desde arriba.
Aquí guiamos como se camina: a la par.

No sabemos todas las respuestas,
pero conocemos los caminos.
Y sabemos que caminar con otros, en verdad, nos transforma a todos.

No buscamos multitudes.
Buscamos verdad.

No prometemos lujo.
Prometemos autenticidad, silencio, risas reales,
y el cansancio hermoso de haber vivido un día entero en cuerpo y alma.

Aquí no venimos a escapar del mundo.
Venimos a recordarnos que aún estamos vivos en él.

Sabedores: bibliotecas vivas

Sabedores: bibliotecas vivas

Sabedores: las bibliotecas vivas que Google nunca te va a mostrar

En MOT MOT creemos que cada paso merece una voz humana detrás.

Google te dice cuántos metros mide el Cañón del Chicamocha.
Wikipedia te enumera cuántas iglesias tiene Barichara.
Pero hay algo que ninguna pantalla puede devolverte:
El silencio sabio de un abuelo que camina a tu lado. La risa de una tejedora que se burla de tus manos torpes.
La historia que no aparece en TripAdvisor porque solo se susurra al oído, bajo un árbol de sombra.
En MOT MOT sabemos que caminar no es solo mover las piernas. Es pasar página en un libro que no se imprime. Es abrir la puerta de una biblioteca viva: la gente.

¿Quién es un sabedor? Spoiler: no lo vas a encontrar en Google.
Un sabedor no da conferencias. No colecciona títulos. No aparece en foros de influencers.
Pero sí lleva en su voz 100 años de secretos. Sabe cuándo sembrar para que la tierra no llore. Sabe cómo amarrar un bejuco para que dure más que un nudo de nylon. Sabe que si un turista respeta el camino, el camino lo cuida de vuelta.
Y no, no es folclor barato: Es dignidad. Es resistencia. Es futuro.

¿Por qué pagas por escucharlos?
Porque cada peso de tu caminata es un aplauso silencioso a quien guarda lo que todos olvidamos.
Porque no viajas para repetir selfies: viajas para dejar algo de ti en la memoria de un pueblo.
En cada experiencia MOT MOT, un sabedor camina contigo. Te enseña a ver el árbol que antes ignorabas. Te muestra el trazo invisible del agua en la roca. Te explica por qué el bejuco tiene nombre y por qué el silencio a veces enseña más que un guía con megáfono.

Lo que nadie te cuenta de un buen tour
Puedes viajar solo y barato. Puedes contratar un guía genérico con frases memorizadas.
O puedes dejarte guiar por alguien que aprendió a caminar descalzo sobre tapia pisada, que sabe cuándo callar y cuándo reír.
En MOT MOT, invertimos primero en ellos. No porque quede bonito en la web, sino porque sin ellos, no somos nada. Somos “motmot” porque nos movemos, observamos y nos transformamos. Y ellos son el motor de cada verbo.

Conclusión: cuando pagas, siembras.
Cada experiencia paga su tiempo, su voz, su dignidad. Y lo más importante: protege que su saber no se pierda cuando se apague su voz.
Así que la próxima vez que camines con MOT MOT, recuerda:
No contratas un guía. Abres un libro que camina contigo.

¿Te atreves a escuchar lo que Google no sabe?

Reserva tu caminata con propósito ahora.

Autor: Mot Mot Experiencias
Fecha: 18 de junio de 2025

Caminar con sentido.

Caminar con sentido.

El verdadero impacto de caminar con MOT MOT EXPERIENCIAS

Caminar con MOT MOT EXPERIENCIAS no es solo paisaje bonito: es mover la economía local, activar oficios y devolver dignidad a quienes cuidan este territorio.

Caminar no es solo mover los pies
Muchos caminan para sentirse libres, presumir la foto o quemar la comida del fin de semana. Bien. Pero aquí creemos otra cosa: cada paso hace eco donde importa.

Cada paso paga historias y apoya manos locales.
Andes Orientales Colombianos… cada piedra labrada, cada mochila de fique y cada taller que visitas tienen detrás familias que mantienen vivos oficios y saberes que no se venden en supermercado.
Tu paso paga de forma justa a guías, sabedores, artesanos, campesinos y pequeños negocios de la zona. No termina en una agencia sin rostro ni en multinacionales de comisión fácil.
Dato real: La mayor parte de lo que pagas se queda aquí, circula en la economía local y sostiene oficios que muchos daban por muertos.

Tus botas siembran más que huellas.
No vendemos folclor empaquetado. Caminamos para reactivar caminos, proteger la montaña y mostrar respeto por quienes viven de ella. Sí, recogemos basura cuando hace falta, pero no es solo barrer lo que otros tiran: es enseñar a cuidar para que no se vuelva a ensuciar.
Cada ruta es una excusa para conocer la historia viva de la región y que cada visitante se convierta en vecino temporal, no en turista invasivo.

Escuela de Caminantes: un paso que educa.
Caminar contigo es encender una chispa. Por eso existe la Escuela de Caminantes:
• Caminatas para escuchar a quienes saben de monte y de historia.
• Caminatas que dan trabajo y voz a comunidades locales.
• Caminatas que enseñan a valorar el territorio y a quedarse.
Cada reserva ayuda a que personas de la comunidad vean que caminar no es vagar sin rumbo: es aprender, trabajar con dignidad y querer lo que nos pertenece.

¿Qué impacto tiene tu paso? Ven y míralo.
Podríamos mostrarte informes y gráficas. Pero preferimos que vengas, camines y preguntes directamente a quien hace tu mochila de fique, cultiva el tabaco o te cuenta la historia de cada piedra.
No somos perfectos. Caminamos para acercarnos a serlo.

¿Te animas a caminar con sentido?
• Reserva una caminata que paga justo y deja la plata donde debe quedarse.
• Participa en nuestras rutas que apoyan talleres y oficios vivos.
• O camina por tu cuenta: pero hazlo despierto.

No pares aquí
Cada paso deja algo bueno si sabes a dónde va. Sigue explorando nuestras rutas, conoce a quienes sostienen estos caminos y descubre por qué caminar es resistir y pertenecer.

Autor: Mot Mot Experiencias
Fecha: 18 de junio de 2025