Caminando sobre el Tiempo: La Ruta que Conecta Fósiles, Guanes y la Resiliencia Humana
Descubre por qué el sendero Barichara – Jordán – Los Santos no es solo una caminata, sino un viaje a través de 200 millones de años de historia terrestre y humana.

Cada paso en este camino pisa donde alguna vez hubo un mar jurásico, donde caminaron los Guanes, y donde se escribió una de las páginas más duras de la Colombia del siglo XX. Esta no es una caminata cualquiera: es una inmersión en la memoria viva de la Tierra.
¿Sabías que el Cañón del Chicamocha está dentro del ‘Nido Sísmico de Bucaramanga’, una de las zonas con mayor actividad sísmica superficial del planeta? Cada uno de estos ‘micro-temblores’ nos recuerda que estamos en un territorio geológicamente vivo y en constante transformación.

¿Sabías que el Cañón del Chicamocha es uno de los pocos lugares del mundo donde puedes ver claramente las diferentes eras geológicas apiladas como las páginas de un libro abierto?
- Las rocas de la base (Proterozoico) son más antiguas que la vida compleja en la Tierra, con más de 500 millones de años.
- Las capas medias de arenisca roja (Jurásico) son la arena de antiguos desiertos, del tiempo de los primeros dinosaurios.
- Los fósiles de amonitas y conchas en la Formación Paja (Cretácico) nos muestran que todo esto fue un mar prehistórico lleno de vida.
- El «Nido Sísmico de Bucaramanga», uno de los lugares con mayor densidad de sismos superficiales del planeta, nos recuerda que este no es un paisaje muerto. Es un territorio geológicamente vivo, que aún hoy se está moldeando frente a nuestros ojos. Cada pequeño temblor es un recordatorio de las fuerzas titánicas que crearon este paisaje épico.

En el Cañón del Chicamocha puedes ver claramente las diferentes eras geológicas apiladas como las páginas de un libro. Es uno de los pocos lugares del mundo donde 200 millones de años de historia terrestre están expuestos a simple vista.
Los Guanes: Los Genios Olvidados de Santander

Imagina esto: siglos antes de que existieran carreteras o mapas digitales, una civilización ya había diseñado los caminos más eficientes por estas montañas. Esa no era una tribu «primitiva», sino los Guanes, los primeros y más ingeniosos habitantes del Cañón del Chicamocha.
Pensar en ellos como simples habitantes del pasado es quedarse muy corto. Ellos fueron:

Los Primeros Ingenieros de Caminos
¿El famoso y empedrado Camino de Geo von Lengerke que tanto admiramos? ¡Su trazado original es herencia Guane! Ellos supieron «leer» el terreno con una sabiduría impresionante, diseñando rutas que han resistido el paso de los siglos.

Los Tejedores Más Avanzados de su Tiempo
Sus mochilas no eran simples bolsas. ¡Eran obras de ingeniería textil
Las elaboraban con fibra de fique y algodón, usando una técnica misteriosa llamada «sprang». El resultado era una tela elástica y súper resistente – algo revolucionario para su época. Pero su ingenio no terminaba ahí… Esta misma fibra de fique era tan resistente que también la usaron para crear los primeros sistemas de puentes colgantes (¡las famosas «tarabitas»!), demostrando que los Guanes no solo eran tejedores expertos, sino también ingenieros innovadores. Hoy, este legado sigue vivo. En la Escuela Taller de Barichara junto con los artesanos mantienen viva la tradición, tejiendo con las mismas fibras naturales y descifrando los secretos que los Guanes dominaban a la perfección..

Nutricionistas Originales
¿Te suena la hormiga culona?
Para los Guanes no era una curiosidad, sino un superalimento. Ellos descubrieron su alto valor proteico mucho antes de que existieran los nutricionistas, demostrando un conocimiento profundo y práctico de los recursos de su tierra.
La recolectaban en familia y la usaban en rituales especiales, como ofrenda en bodas. ¡Un alimento que unía a la comunidad y conectaba con la tierra!
Su legado no es cosa del pasado. Está VIVO aquí y ahora:
- En los petroglifos (dibujos en piedra) que aún encuentras en el camino, como mensajes secretos del pasado.
- En las casas de bahareque (una mezcla de barro y caña) que siguen en pie, frescas y resistentes.
- En el espíritu de un pueblo que, como los Guanes, aprendió a vivir en armonía con este paisaje agreste.

La próxima vez que camines por estos senderos, recuerda: no estás siguiendo solo una ruta turística. Estás pisando la huella de una civilación brillante que convirtió este cañón en su hogar.
En los años 50, este mismo camino que hoy recorremos con admiración, era la línea invisible que separaba a liberales de Barichara y conservadores de Villanueva. Las trincheras que aún se ven en las ventanas de las casas no son detalles arquitectónicos: son cicatrices de una guerra que dividió hermanos.

